Los españoles cuentan con un despliegue estratégico de vasta dimensión, su arsenal es 3 veces mayor al nuestro y nos jugamos el vivir cómo queremos en el país donde nacimos. Moriría de ser necesario por conseguir la libertad plena de mi patria, mi sangre vinotinto derramaría en combate y colocaría mi pecho expuesto al fuego para defender a los que conmigo luchen. Este 12 de febrero estaré al mando y al frente de mi tropa, la batalla será hasta el final.
Solamente logré reunir 1.500 hombres, 220 soldados de caballería, 120 soldados del Escuadrón de Dragones, 85 seminaristas y 5 piezas de artillería. La información que me hicieron llegar de los realistas es que son aproximadamente 2.500 hombres, 900 en caballería y algunos cañones. Estamos en desventaja numérica pero mi espíritu está preparado para consumar la más grandiosa de las batallas que jamás se haya peleado en este país.
No dormí en toda la noche sólo de pensar en lo que sucedería el día de hoy. Se acerca el momento de pelear, mi cuerpo físico está agotado pero mi alma está inquebrantable por los aires de victoria, tengo fe en los míos para superar este difícil obstáculo que me presentan. Me tocó librar esta pelea contra José Tomás Boves, vaya señor para estar demente. Pero de mi tierra y mi país no te vas a adueñar. Deseo con ansias que amanezca de una vez por todas para salir victorioso de esta nueva lucha.
Está bastante avanzada la madrugada, creo que está a punto de amanecer, el cantar de un gallo nos previene de la salida del sol. Quizás sea un poco más de las 5:00 am. Tambores de campo, trompetas de victoria y gritos de justicia y libertad se hacen presentes en el frente de batalla. Debo ser asertivo pero a su vez agresivo, atacar cuando mejor convenga y proteger a toda costa a mis hombres, mis estrategias van a funcionar porque creo fervientemente en ellas. Quisiera viajar unas horas más adelante en el tiempo y saber lo que nos depara el futuro.
Estos jóvenes creen en mí, creen en su país, creen en los valores de justicia y libertad yo José Félix Ribas he de brindarles todo mi aliento para nunca flaquear, para nunca desmayar y tener largo aguante en caso que esta lucha se extienda más de lo esperado. Me conservaré en armonía y de esa manera transmitir a todo mi ejército la garra y energía suficientes el día de hoy.
Soldados: ¡Lo que tanto hemos deseado va a realizarse hoy! he ahí a Boves. ¡Cinco veces mayor es el ejército que trae a combatirnos! ¡Pero aún me parece escaso para disputarnos la victoria! ¡Defendéis del furor de los tiranos la vida de vuestros hijos, el honor de vuestras esposas, el suelo de la patria; mostradles vuestra omnipotencia! En esta jornada que va a ser memorable, ni aun podemos optar entre vencer o morir: ¡necesario es vencer! ¡Viva la República!
miércoles, 1 de diciembre de 2010
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