FUI ACUSADO DE TERRORISTA.
Del país me fui y la dictadura me dejó un lindo suvenir antes de partir. Sábado11/08/18, 2:00pm, en el aeropuerto internacional Simón Bolívar, esperando en la fila de la línea copa, cuatro horas antes, según lo acordado para cumplir con el itinerario de vuelo. El "Cromo Interferencia" de Cruz Diez me acompañó junto a mis padres en lo que sería una jornada de excepción. Recuerdos, cuentos, historias, quizá un poco de impaciencia pero con el alma plena porque finalmente había llegado el día de emigrar. El counter de la aerolínea se tomó su tiempo para iniciar el chequeo de equipaje, afortunadamente estaba en una buena posición en la fila, por lo tanto pasaría con prontitud. Todo iba de lujo hasta los momentos, hasta que, en el transcurso de la cola, la patria se encargó de recordar por qué mi decisión de irme había sido la correcta (para mi).
Un oficial de la Guardia Nacional Bolivariana de apellido Aguilar, estaba "supervisando" el buen desempeño de la fila y quizá hasta "resguardando" a los ciudadanos que ahí estábamos. Este oficial, que solo revisaba si celular, decidió apartarme de la fila con la intención de revisar mi equipaje en una mesa dispuesta en el lado derecho, donde aguardaba otro efectivo de la GNB, previa solicitud de mi pasaporte y una serie de preguntas frecuentes a la hora de viajar; Aguilar revisaba con desespero su dispositivo móvil y emitió un comentario que despertó todas mis alarmas: "Coño chamo, te pareces igualito a una persona que está solicitada". Mi sorpresa fue evidente, por lo que, mi expresión fue acorde a la situación y fue acompañada de la pregunta: "¿en serio?
El guardia presumió que yo podría ser una persona que estaba solicitada y que también habría estado involucrada en el atentado al presidente (dictador) Nicolás Maduro.
Revisaron los documentos (cédula, carnet del CNP Aragua, licencia de conducir e incluso mi carnet de docente universitario (desde luego, también el pasaporte). Mis documentos de indentidad no convencían a los efectivos, porque según Aguilar, "aquí es fácil falsificar cualquier documento"; así que procedieron a retenerme, sin razón alguna, argumentando que ahora, efectivos del SEBIN, se harían cargo de efectuar un "interrogatorio de rutina". Luego de 40 minutos de espera, llegó un señor, no identificado, pero uniformado de sebin, diciéndome: "chamo, me están diciendo que tú te pareces mucho a un tipo que está solicitada por el atentado al presidente y yo creo que eres tú. No perdamos el tiempo, para que agarres tu vuelo y cuadremos. ¿eres tú el que atacó al presidente?". Desde luego, mi negativa fue inmediata, respondí con firmeza que eso no era posible, ya que no existía parecido alguno entre esa persona y yo.
Con equipaje en mano, el "oficial" me llevó a un sitio en el aeropuerto, justo al lado del baño de caballeros, donde funcionan las oficinas del Sebin e Interpol, respectivamente, no sin antes hacer una seria amenaza y que ésta atentó contra mi. Oficial: "Si allá abajo, descubrimos que tienes una solicitud o algo mínimo, o si finalmente descubrimos que fuiste tú quien atacó al presidente, la vas a pasar muy mal, te lo estoy diciendo". Por mi parte, solo dije que quien no le debe, no la teme y que solo quería que esto se solventara en buen término. Luego de esa grave acusación, me hicieron parar firme frente a la oficina de la interpol, el "oficial" se tomó un tiempo para hablar con una muchacha que laboraba ahí y esta le hacia señales de negativa. Asumo que ella estaba clara que no era yo al que buscaban.
Entonces, salió el efectivo, con actitud desafiante a decirme "déjame ver que puedo hacer por ti para que salgas de esta, porque yo creo que tú hoy no viajas, yo creo que te vamos a investigar y la vas a pasar muy mal si descubrimos que fuiste tú. Ya vengo, no te muevas de aquí. ¡Te quedas ahí!". Luego de diez minutos de espera, la oficial me invitó a entrar, a lo que respondí que el funcionario me dijo que no me moviera. Ella, amablemente, me dijo que pasara, que ella asumiría eso. Una vez dentro de la oficina de la interpol, ella y un muchacho, hicieron una interrogación para saber quién era yo, por qué viajaba, que hacia en mi rutina, entre otras preguntas, la que más llamó mi atención fue: "¿tú eres opositor?" A lo que dije que si, que soy opositor tanto del gobierno como de la oposición. Al final, terminé ofreciendo una pequeña cátedra de comunicación social a la que atendieron encantados. Llegó el oficial del sebin al que ahora llamaremos Manuel. Joder, finalmente hubo un nombre, gracias a la chica de la Interpol, que le dijo "Manuel, no tenemos razones para seguir reteniendo al muchacho, este joven está limpio". Manuel no parecía convencido, entonces, ante esa negativa, sugerí mostrar mi carta de antecedentes penales, con su debida apostilla y este se negó a recibirla. Al parecer, me dejarían continuar con mi proceso de viaje, por lo que, tomé mi equipaje y caminé junto al Sebin Manuel, quién con mucho enojo nuevamente me amenazó diciendo "¡Si yo descubro que te saliste con la tuya y me pasaste el guevo por la nariz, te juro que te voy a Joder!".
El cara de tablismo de ese señor Manuel fue máximo, cuando en ese momento, mis padres, profundamente preocupados por la situación, preguntan si todo estaba bien, que les parecía extraño todo y que tenían miedo, pero que vieran que yo tenia padres y que estaban conmigo. El tipo afirmó "tranquilo señores, aquí se le trató bien al muchacho, nunca se le amenazó o algo". Yo: si oficial, todo bien, no pasó nada (sabiendo que acababa de ser amenazado nuevamente).
Todo indicaba que retomaría el itinerario de vuelo, así que procedí nuevamente al counter de Copa. Pero no fue así, esta vez fui abordados por dos supuestos efectivos del Sebin, con la misma razón, nuevamente me acusaron de terrorista, nuevamente me retiraron de la fila con la intención de saber si era yo el fulano tipo que atentó contra el dictador. Otra vez mis documentos fueron retenidos, otra vez fui interrogado, otra vez todo, solo que esta vez en pleno pasillo, en pleno Cromo Interferencia, a la luz pública me estaban diciendo que yo era un terrorista. A estas alturas, mi indignación era total, mi capacidad de asombro había sido sobrepasada. Sin embargo, era una batalla de inteligencia y sapiencia vs brutalidad y dictadura. Le tomaron fotografía a todos mis documentos, (no se por que, ni para qué) esta vez si aceptaron ver mi carta de antecedentes penales y con la misma les decía "oficial, yo estoy limpio, ya se hizo esto mismo en las oficinas de la interpol y no encontraron absolutamente nada. Ya están por cerrar el vuelo y ustedes me tienen acá perdiendo el tiempo.
Finalmente, se dieron cuenta que no era yo el fulano tipo, finalmente me dejaron en paz y pude continuar mi proceso de viaje., finalmente la dictadura se encargó de validar todos mis argumentos para decidir mi salida del país. En esta oportunidad me tocó a mi y afortunadamente no ocurrió mayor cosa, pero esto le puede tocar a otro, que no corra con la misma suerte y le arruinarían la vida.
PD: Gracias a mis viejos Hector Idiomas y Oneida Zamora por acompañarme en este amargo pero victorioso momento. Si, victorioso, porque entre los tres derrotamos con inteligencia a un pedacito de la dictadura.
jueves, 16 de agosto de 2018
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